También responde a los retos medioambientales actuales, preservando el agua, el suelo y la biodiversidad. Además, contribuye a mejorar el bienestar animal en las explotaciones ganaderas. Pero, sobre todo, se fundamenta en un interés común: Para proteger el planeta de los derivados industriales y, por lo tanto y en última instancia, para protegernos. Este es un proyecto humano, económico y ecológico, en el que Le Pain des Fleurs lleva profundamente comprometido desde hace 20 años. Como testimonio de este compromiso, presentamos esta entrevista con Magali DUPUY D'UBY, nuestro Brand Manager.
«Creo que la razón de ser de nuestra marca es, ante todo, ofrecer un buen producto y contribuir, directa o indirectamente, al bienestar de nuestros consumidores. Detrás de la aparente trivialidad de la oferta de un «buen producto», hace ya 20 años que hay una dimensión y una exigencia muy fuertes sobre este criterio, tanto en términos de calidad del producto como en términos de nutrición.
Por ejemplo, en lo relativo a la calidad, el reto ha sido extrudir por primera vez en una tostada un cereal sin gluten (el trigo sarraceno), confiriéndole así una textura y un sabor totalmente nuevos. Nuestros talleres han adquirido una verdadera experiencia en la obtención de este producto crujiente especial y reconocible, a partir de una amplia gama de nuevos cereales y leguminosas.
En cuanto al aspecto nutricional, Le Pain des Fleurs ha construido su oferta en base a varias convicciones: ingredientes procedentes exclusivamente de la agricultura ecológica, una lista de ingredientes reducida a su mínima expresión y, por lo tanto, sin artificios: ni conservantes ni colorantes, y muy poca sal o azúcar. Para lograr que este producto sea más ligero y más digestivo para todos, también hemos trabajado en gamas 100 % sin gluten, veganas, sin lactosa y exentas de los principales alérgenos».
«Le Pain des Fleurs y la agricultura ecológica son mucho más que un encuentro en el camino: son un legado. Para poder ofrecer un «buen producto», que genere entusiasmo a largo plazo desde el agricultor hasta el consumidor, en ningún momento hemos pensado en sustraernos a esta filosofía. Para todos los que hemos contribuido a la aparición de la marca, esta es la única opción para una alimentación sostenible y, si bien la marca ha sido precursora en este tema, queremos convencer a todos los industriales, que aún dudan que se pueda elaborar un producto de gran calidad y económicamente viable con ingredientes ecológicos.
Estamos totalmente de acuerdo con el pliego de condiciones de la agricultura ecológica: naturalmente, dentro del respeto del medioambiente, pero también de la biodiversidad y del bienestar animal. Estamos convencidos de que, con nuestra oferta de productos ecológicos, respetamos a todas las personas protegiendo el entorno en el que viven: su tierra, el aire que respiran, lo que comen, por supuesto, pero también sus profesiones, y las de sus hijos. La agricultura ecológica es parte integrante de la marca: es un compromiso inmutable».
«Para el lanzamiento de la marca, encontrar ingredientes ecológicos con la calidad y la cantidad necesarias para nuestras producciones fue todo un desafío. Incluso hoy en día, para nuestras tostadas de trigo sarraceno, tenemos que mezclar varias variedades del cereal para obtener la textura y el sabor óptimos.
Una vez superada la dificultad de encontrar y garantizar nuestros ingredientes, hemos enriquecido muy rápidamente nuestras prácticas de búsqueda de productos de proximidad geográfica y de visiones compartidas con las partes interesadas. Esto se ha traducido naturalmente en la elección de la proximidad de las cuencas de producción del lugar de fabricación en el Alto Loira, pero también en la creación de asociaciones a medio plazo con las organizaciones de productores.
Este es el caso actual de varias de nuestras materias primas obtenidas en su totalidad o en parte en Francia: el trigo sarraceno proviene de Gran Oeste francés, el arroz de la Camargue, el mijo del noroeste, y el garbanzo y la lenteja verde del sudoeste de Francia. También hemos sido certificados con la etiqueta «Biopartenaire» en varios de estos sectores, con la voluntad de volver a colocar a la persona en el centro de los intercambios».
«En cuanto a la producción, hemos integrado un enfoque de progreso para el desarrollo sostenible de nuestras actividades. Nuestro sitio de producción de Tostadas Crujientes posee la etiqueta «Bio entreprise durable» (Ecológico empresa sostenible) desde diciembre de 2019, lo cual implica que somos inspeccionados periódicamente en todos los aspectos de la RSE (Responsabilidad Social de las Empresas), para garantizar el mejor rendimiento medioambiental, social y empresarial de nuestras acciones».
«Por último, en lo que respecta a la distribución, nos esforzamos en distribuir el 100 % de nuestros productos en la red francesa de tiendas especializadas en productos ecológicos Magasins Spécialisés Bio. Los autónomos y las cadenas que trabajan en el sector han introducido y democratizado el sector del producto ecológico en Francia: juntos hemos crecido y nos hemos desarrollado. Queremos seguir este camino junto a ellos, buscando los productos de proximidad y una distribución más equitativa del valor añadido, desde el productor hasta las estanterías de las tiendas. La distribución para la exportación es también objeto de colaboraciones con importadores y distribuidores locales, y estructuramos nuestra presencia mediante la creación de filiales. A nuestro juicio, estas alianzas entre empresas familiares consolidan una agricultura ecológica de calidad: desde el productor hasta el consumidor».
¡Muchas gracias, Magali!
